México es uno de los mayores fabricantes de equipo médico del mundo, pero la producción se destina a la exportación.

El Gobierno de Ciudad de México impulsó la producción de sus propias mascarillas N95 -escasas en el mercado local- financiando un proyecto conjunto entre la Universidad Autónoma Nacional de México (UNAM) y la empresa Atfil, para abastecer al personal médico que atiende la pandemia, informaron este jueves (21.05.2020) fuentes oficiales.


"Es una participación Gobierno, academia e industria. El Gobierno financió a la UNAM con 17,5 millones de pesos (unos 760.000 dólares) para que diseñara, instalara y aplicara todo su conocimiento para la producción", explicó José Bernardo Rosas, director general de Desarrollo e Innovación Tecnológica de la Secretaría de Educación y Ciencia (SECTEI) de la capital.

Además, la capital se alió con la empresa Atfil, que se especializa en producir filtros de aire, porque equipos de profesionales de medicina "nos enfatizaron mucho que había una dificultad de encontrar y traer las famosas (mascarillas) N95 que fluctúan de precio", dijo Rosas y aclaró, en una visita a la fábrica ubicada en el sur de Ciudad de México, que la maquinaria necesaria para la producción pertenece a la UNAM gracias a la financiación pública, mientras que "la empresa puso adecuación de los espacios y una inversión de 14 millones de pesos (unos 610.000 dólares)".

Escasez y sobreprecio

La planta tiene una capacidad de producción de hasta 40.000 mascarillas diarias que se distribuyen exclusivamente a los hospitales de la capital, aunque las autoridades no descartan abastecer a otros centros de salud del país dada la escasez y el sobreprecio de los proveedores habituales, aseguró la fuente.

La producción comenzó esta semana ante la falta de equipo médico en varios hospitales que atienden la epidemia, que ha dejado 56.594 casos confirmados y 6.090 fallecidos en el país, con la capital como una de las zonas más afectadas. Según el Gobierno, en medio de la crisis en el país han muerto 149 profesionales de la salud y también hay varios cientos de contagios.

A diferencia de las mascarillas de tela, la N95 es más gruesa y brinda mayor protección. México mantiene acuerdos con Estados Unidos y China para comprar equipo especializado. Pese a ello, se han registrado protestas de personal sanitario que reclama no tener material de protección suficiente, e incluso algunos aseguran que han tenido que comprar de su bolsillo.

México es uno de los mayores fabricantes de equipo médico del mundo, con plantas ubicadas principalmente en la frontera con Estados Unidos, aunque la producción se destina básicamente a la exportación.

Este proyecto tripartito se materializó en solo cinco semanas, indicó su codirector y académico de la facultad de Ingeniería de la UNAM, Alejandro Ramírez, algo que fue todo un reto sobre todo "en una época en que todo está cerrado". Aseguró que lleva "como unas cuatro semanas durmiendo y trabajando todo el día con una mascarilla" para comprender qué significa llevar una y entender qué mejoras hacer. Ahora, su siguiente reto será diseñar en la UNAM "una nueva generación de mascarillas" de fabricación completamente nacional, más ligeras y más tolerantes a doblarse.

ama (efe, afp, adn40, El Heraldo de México)


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