El sistema educativo mexicano enfrenta una creciente falta de competitividad y no logra tener una visión de largo plazo, lo que propicia que la contribución al crecimiento económico sea irrelevante, advierten expertos.

"En las últimas tres décadas, la escolaridad promedio de la fuerza laboral en México pasó de poco más de cuatro años a 8.5 años. Es decir que no tenemos ni siquiera la secundaria terminada", menciona el director de Investigación del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Armando Chacón.

El blog de MéxicoChacón considera que es muy difícil pensar que la economía en su conjunto puede agregar valor al mismo ritmo que las economías más desarrolladas, donde la escolaridad promedio de la fuerza laboral es de más de 12 años.

En materia educativa han habido avances, pero no a la velocidad que se requiere para estar en un nivel similar al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), agrega a su vez el Director de la Cátedra de Investigación en Educación y Pedagogía del Tecnológico de Monterrey, Campus Ciudad de México, Juan Carlos Olmedo Estrada.

"Los avances son demasiado lentos, lo que nos hace perder competitividad y calidad de nuestros egresados", puntualiza.

El director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), Luis Foncerrada Pascal, coincide en que la calidad de la educación en México está muy por debajo de los estándares internacionales y obstaculiza el desarrollo económico.

En su opinión es necesario que la economía tenga una inserción más inteligente en los mercados internacionales para dejar de exportar mano de obra barata y apostar por la tecnología.

"Tenemos que llevar a cabo un avance de innovación importante y para ello el reto es mejorar de manera importante nuestro capital humano", detalló.

13 de cada 100 terminan la carrera

Desde hace algunos años, México tiene el 100% de la cobertura en educación primaria, lo que significa que hay lugar para todos los niños en edad escolar, mientras que en secundaria la cifra es de 96%.

"Esto no significa que todos vayan a la escuela. En el nivel de educación básica preescolar, de primara y secundaria el ausentismo obedece a factores como la distancia de los centros escolares, problemáticas económicas, el índice de desarrollo humano y el tipo de escuela", indica Juan Carlos Olmedo.

Es en preparatoria y universitario cuando empiezan los problemas por la falta de lugares.

De acuerdo con el sexto Informe de Gobierno del presidente Felipe Calderón, prácticamente siete de cada 10 jóvenes tienen acceso al bachillerato, es decir que 30% de los estudiantes no pueden cursar la educación media superior por falta de infraestructura. En educación superior, la cobertura es de 33%.

"El promedio de los países miembros de la OCDE es de 11.9 años contra 8.6 años de escolaridad en México; nuestros números no creo que puedan hacer felices a nadie", lamentó el catedrático del Tecnológico de Monterrey.

Lo que en su opinión preocupa más es el tema de eficiencia terminal. Al cierre de 2010, de cada 100 niños que cursaban la primaria sólo 62 la terminan; de cada 100, 45 concluyen la secundaria y 27 el bachillerato; 13 terminan la licenciatura y dos o tres harán un posgrado.

"Los que no terminan la primaria podrán saber leer y escribir, pero hay que imaginar cuáles serán las oportunidades de desarrollo que tengan y cómo puede ser competitiva en el mercado laboral una persona que ni siquiera terminó la primaria", subraya.

Armando Chacón, sentencia el valor que pueda agregar la educación mexicana al PIB, no se acerca al ritmo de aquellas economías que han invertido más en capital humano.

En los países desarrollados- con cuatro o seis años más de escolaridad que en México- por cada trabajador se produce cinco veces más valor agregado.

"En México los trabajadores reciben por cada año adicional que estudian un salario 10% mayor. Alguien que estudio preparatoria gana 33%  más que en promedio que alguien que estudió solo la secundaria", detalló.

Presupuesto alto no garantiza mejoría

Como proporción de su Producto Interno Bruto (PIB), México destina 6% al gasto en educación, cifra similar al promedio de la OCDE.

Sin embargo, el organismo detalla que entre sus miembros México es el que canaliza el menor gasto en educación por alumno, con 2,875 dólares, y prácticamente el 91.7% de esa cantidad es para salarios, según el estudio ‘Panorama de la Educación 2012'.

El porcentaje que se va al pago de salarios tiene que ver con la etapa de desarrollo en que está la educación en México, expone Armando Chacón del IMCO.

"Sin duda se necesita mejor infraestructura, pero eso requeriría más dinero y el que hay evidentemente se tiene que ir en pagar sueldos", lamenta.

"En el gasto programable de 2012 los rubros educación, ciencia y tecnología se llevan el 29% del Presupuesto, sin tomar en cuenta el gasto social que también incluye muchos componentes educativos", indica.

Chacón puntualiza que de los 273 programas sociales del Coneval, alrededor de 40 son de educación.

Es cierto que podríamos obtener más educación por nuestro dinero, dice el investigador del IMCO, pero también es innegable que se necesita más dinero para educación.

De acuerdo con la SEP, para lograr la aspiración de la cobertura universal en la educación media superior para 2023 se necesitarían gastar aproximadamente 120,000 millones de pesos. "Aunque se corrigiera el mal uso del dinero, sólo se solucionaría una parte, pero seguiríamos necesitando mucho más dinero para cumplir las metas educativas planteadas", agrega.

Otro factor es que la mayoría de ese gasto es ejercido por los estados del presupuesto que se asigna a partir de los impuestos federales. Los retos de cerrar las brechas en cobertura, bajar la deserción y aumentar el desempeño son metas concurrentes para los gobiernos federales y estatales.

Armando Chacón considera que en muy pocos estados la proporción de la población con educación superior rebasa el 30%, una cifra que no aumentará sólo con eficiencia.

Por ejemplo la ampliación de los horarios en escuelas tiene un costo adicional, y también el entrenamiento de los maestros y mejorar la educación en las normales. "Si hay 1 millón 400,000 maestros y la mitad tiene problemas de desempeño habría que entrenar a 700,000 profesores cada año".

Según los últimos datos de la SEP cada alumno de primaria cuesta 13,000 pesos anuales; 20,000 en secundaria; 24,000 en preparatoria,  y 55,000 pesos al año en nivel profesional.

"Si tomamos los 55,000 pesos a nivel profesional, le alcanzaría a muchos estudiantes para usar ese presupuesto que se gasta el Gobierno en muchas Universidades", subraya el experto del IMCO.

Comenta que cumplir las metas que el mismo Gobierno se ha impuesto es una tarea difícil, ya que con todas las ineficiencias del sector público no se comprende cómo logrará administrar la capacidad que se necesitaría para servir a toda esta demanda en educación media superior y superior.

"El Gobierno es muy malo para operar instituciones de educación media y media superior. Esperar que las cosas cambien, pero es difícil si las escuelas no tienen que competir por la preferencia de los alumnos y los alumnos no pueden escoger libremente entre irse a las escuelas públicas o tener la libertad de irse a otras instituciones", recalca.

Juan Carlos Olmedo, del Tec, añade que de ese casi 92% que se va a sueldos no todo se gasta en salarios para profesores, sino también en pago a administrativos de la SEP.

En los promedios de la OCDE gastan 62% en salarios contra 15% en gasto administrativo. Sin embargo, en México las compensaciones entre profesores y el gasto de la administración es el más grande en todos los países miembros del organismo y habla de una estructura quizás demasiado grande que no responde a las necesidades educativas, asevera el catedrático del Tec.

México es el único país de los miembros de la OCDE en donde la tasa de desempleo es más grande para quien terminó la educación media superior que para quien solo terminó la educación media.

"Para ser una nación competitiva, los egresados de la educación superior deben encontrar un trabajo con la suficiente remuneración para que hayan valido la pena todos esos años invertidos en la escuela", explica.

La proporción entre el 92% de gastos en salarios y lo que le toca a cada niño en realidad ubican a México en el sitio 31 de 34, según la OCDE; en primaria en el 33 de 35 y en secundaria en el 34 de 37.

El sindicato, ¿apoyo o lastre?

El 20 de octubre, Elba Esther Gordillo fue reelecta como presidenta del Consejo General Sindical para el Fortalecimiento de la Educación Pública del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) para el periodo 2012-2018.

Con el voto de tres mil 205 delegados del SNTE , Gordillo encabezará el nuevo Consejo General y con ello la maestra cumplirá 28 años al frente del sindicato magisterial.

El director del CEESP, Luis Foncerrada Pascal asegura que el sindicato es uno de los obstáculos para mejorar la educación.

"Esto es un obstáculo brutal porque si el sindicato busca que no se evalúe a los profesores, que se hereden las plazas, que haya menos horas de clase y más de huelga, entonces representa un gran obstáculo para el desarrollo", asegura.

Para el directivo del CEESP, hay una relación perversa entre el Sindicato de maestros y el Gobierno.

"Desgraciadamente no se ha avanzado en romper ese sindicato, modernizar la capacitación y evaluar a los profesores porque ha sido utilizado como una fuerza electoral", dice.

Armando Chacón del IMCO agrega que aunque el sindicato es uno de los obstáculos institucionales que enfrenta cualquier camino a la mejor educativa, en los últimos años México ha tenido avances, como la prueba ENLACE, que no existe en ningún lugar.

"No subestimo la capacidad de los sindicatos para entorpecer los procesos de cambio, pero tampoco subestimo lo que se puede hacer a pesar de esas restricciones institucionales", aclara.

El sindicato y la SEP juegan un papel fundamental, los dos son los actores fundamentales que tienen que ver con la política educativa, uno para normar el destino de la ejecución -que es la SEP- y otro para normar las relaciones entre trabajadores al servicio de la educación y el Gobierno, comenta el catedrático del Tec.

Los retos para mejorar la educación en México

Luis Foncerrada destaca que México necesita un modelo de educación dual como el de Alemania y otros países europeos, en donde un alumno que deja inconclusa su carrera puede obtener un título técnico.

"Este es un cambio radical en la educación y evitaría que tuviéramos hoy un número exagerado de abogados y de médicos que no encuentran trabajo. No podemos tener un país de puros generales, necesitamos técnicos en una cosa o en otra, y el que quiera seguir estudiando puede hacerlo simultáneamente para superarse".

Además, agrega que la educación no puede ser definida unilateralmente por las instituciones educativas porque pueden crear materias que no sean prácticas, de ahí la importancia de que incluyan en sus consejos a representantes del sector productivo.

"La falta de calidad limita un mayor crecimiento, si no tenemos la tecnología, la innovación, la producción que requerimos para competir, para exportar, para satisfacer el mercado interno vamos a seguir importando cosas que se usan en el exterior y eso inhibe nuestro crecimiento, damos empleo afuera no adentro", alerta Foncerrada Pascal.

Propone una reforma educativa en serio, que cambie programas de estudios y que dé énfasis a la parte que se puede mejorar. "Somos de los últimos lugares entre todos los países en pensamiento abstracto, que es el que finalmente lleva a la innovación y al cambio tecnológico".

Para Armando Chacón, el reto más importante será la modificación constitucional para la obligación de la educación media superior, preparatoria y su equivalente. "Se pondrán a prueba las capacidades institucionales de los estados y de la Federación para proveer esos lugares de preparatoria, lugares suficientes para todos y recursos suficientes para que todos puedan permanecer. Si se salen porque tienen que trabajar para ayudar a sus familias es un problema grande que tendrá que enfrentar el sector".

Mientras que Juan Carlos Olmedo del Tec explica que se necesita un plan de educación que no dependa de los vaivenes y los intereses sexenales, ni sujeto a la voluntad y a los diagnósticos que haga cada secretario de Educación Pública.

"En este sexenio tuvimos tres secretarios y el país necesita planes a largo plazo -al menos de 20 o 25 años-, donde la SEP debe tener amplio margen de maniobra", recalca.

"Esperaríamos que al puesto de Secretario de educación llegue una persona que conozca del ramo, que entienda la problemática, que tenga una visión a futuro y que entienda la educación como el origen y destino de las posibilidades de desarrollo de este país y no como un proyecto sexenal", puntualiza el experto.// CNN Expansión


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